Llevas toda la vida hablando en público y aún hoy no sabes hacerlo adecuadamente. Te trabas, te pones nervioso, los sudores fríos recorren tu cuerpo… y siempre sientes que no das la talla. Ya no sabes qué hacer para que tu próxima intervención no sea un completo infierno. La solución es más sencilla de lo que crees; de hecho, la puedes tener en tus manos pinchando el siguiente enlace.